MI CIUDAD

domingo, 26 de julio de 2009

Paso de los Toros, ubicada sobre la margen norte del Río Negro, debe inicialmente su origen a su calidad de paso obligado para cruzar dicho río. El tránsito desde una ribera a otra se realizaba por medio de un vado conocido como Paso General de los Toros (y posteriormente como Paso de los Toros), lugar donde los baquianos eran conocidos como hombres toros por su fuerza y valor al ayudar a las carretas y a las tropas a cruzar el río.

Tras la muerte de Antonio Guerrero, su hijo Juan Guerrero vendió los terrenos del vado a Ángel Bálsamo en 1802 (quién instaló una pulpería y un abasto), el cual posteriormente heredó su propiedad a su hijo Eufrasio Bálsamo junto con la esposa de este, Isabel Rosas.

En 1865 los herederos de Eufrasio Bálsamo e Isabel Rosas destinaron 340 cuadras para la ampliación de la localidad a Enrique Pachiotti y Herminio Areco. También iniciaron las gestiones para designar al pueblo como Santa Isabel, en homenaje a Isabel Rosas.

La primera instancia para formalizar la fundación de Paso de los Toros ocurrió cuando el senador Ricardo Areco (hermano de Herminio Areco) presentó un proyecto de ley para declarar oficialmente como pueblo, y bajo el nombre de Santa Isabel, a la localidad de Paso de los Toros, aunque finalmente dicho proyecto quedó archivado. Este proyecto resurgió durante el gobierno de José Batlle y Ordóñez, por medio de los diputados del Departamento de Tacuarembó Carlos Roxlo, Luis Bonasso y Antonio María Rodríguez, quienes lograron el 17 de julio de 1903, mediante la ley nº 2.854, que la localidad fuese declarada por parte del Parlamento del Uruguay como pueblo bajo el nombre de Santa Isabel.

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